Tiene en su corta historia ya un aborto. No llegamos a tiempo, su madre la obligó a abortar. Ya ha pasado un año. Es difícil verla porque su madre no quiere que la ayudemos. De vez en cuando nos escribe. Está mal. Hoy hemos recibido un mensaje suyo que solo pone: «llamadme por favor, ¡es urgente!». Cree que está otra vez embarazada. Ella sabe bien que es madre de dos hijos, uno ha muerto y el otro no sabemos que pasará. Porque un hijo no sustituye a otro. Marta Velarde, asociación MásFuturo.
Otra menor obligada a abortar
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.
He dejado Recado para que Oren muchas Personas por ella. Marisol.
Esta chica no es madre. No lo ha sido nunca. Tuvo un aborto en su momento, nada de hijos vivos ni muertos. Qué obsesión con inventarse hechos que no son reales!.
Preciosa iniciativa, Marisol. Gracias. Si me permites, me gustaría dedicar, contigo, el siguiente video a esta joven, para que comience a sentirse madre. Es solo un deseo, pero sé que con ese sentimiento será capaz de vencer todos los obstáculos.
Yo creo que si llama para pedir ayuda es porque ella no lo siente igual. Yo también rezaré por ella.
Una cosa es sentirse madre y otra cosa es serlo realmente.
Sea como sea, si está nuevamente embarazada, yo también espero que pueda ser madre con todo el apoyo y ayuda posible si ése es su deseo. Eso sí, no sé a qué vienen tantas prisas por tener un hijo a esa edad, y más si ya se había quedado embarazada anteriormente. Lo más sensato es usar métodos anticonceptivos de forma correcta, si ha sido por fallo humano, y dejar aparcadas las ansias por la maternidad para más adelante, si acaso, con estabilidad y madurez, o por lo menos algo más. A mí me suelta mí hija en dos o tres años que quiere ser madre ya, ipso facto, y le digo que flipa, que luche para labrarse un futuro primero y, luego, ya se vera. Si tiene que ser madre joven, bueno, también lo fui yo, pero no hay necesidad de apresurarse. Ni que fuera una a morirse mañana.
No puedes darle una pistola aun niño para que juegue y lamentarte cuando se hace daño con ella. Lo mismo es con el sexo, está demasiado trivializado. Hoy en día existe eso que se llama libertad sexual (que antes también existía, pero se le llamaba promiscuidad) y que en el fondo es una forma de quitar hierro a algo tan serio como el sexo, cuya consecuencia puede ser la paternidad (o las ETS). La cosa es que mueve dinero, y existe un mercado en torno a ello, un mercado de productos anticonceptivos, un mercado de juguetes y accesorios, y, como no, un mercado para borrar las consecuencias del sexo.
Tienes razón en que todo hay que hacerlo con cabeza. Es poco prudente tener un niño cuando tienes poco o ningún medio para sostenerlo, pero no por ello el niño ha de pagar por tu imprudencia con su vida. Quizás hay que en vez de hacer propaganda del sexo, hacer propaganda del sacrificio, de pensar antes en los demás que en uno mismo, de darse por los demás.
¿Y cómo se le impide tener relaciones sexuales a una adolescente?. Se puede tratar de educarla para que las tenga lo más tardíamente posible, o incluso no antes del matrimonio, que es lo que creo que apoyáis vosotros, pero la realidad es que antes o después los adolescentes o jóvenes encuentran pareja y las relaciones surgen más temprano que tarde. Entonces, mejor que tomen precauciones. Es así. Seamos sinceros, ¿qué pareja estable no tiene relaciones sexuales, aunque no sean completas durante un tiempo, durante los años que dura su noviazgo, que pueden llegar a ser muchos antes de contraer matrimonio?. Yo no conozco ninguna, a no ser que el chico se vaya por ahí con otras, con consentimiento de la novia o a escondidas, que menudo historia. Es pedir peras al olmo.
Primero es un tema de educación y de consecuencia. No es cuestión de prohibirlo, no es cuestión de retardarlo, no es cuestión de ponerle estigmas, meter miedo, o asco, es una cuestión de valorarlo, de dar sentido a las cosas. No puede ser sexo por sexo, búsqueda de placer sin sentido: no vivimos en la novela de Aldoux Huxley «Un mundo feliz», esto no es una obra de ficción (por mucho que se le parezca). Primero porque el sexo no es un juguete, no es algo sin consecuencias, y una de las consecuencias son el embarazo; y segundo porque existe innumerables enfermedades de transmisión sexual que se cobran lo suyo tanto en el sistema sanitario, como en la sociedad: el papiloma humano es uno de los causantes del cáncer de cuello de útero (y, aunque no lo publiciten, cáncer de pene), está el SIDA cuyo tratamiento básico cuesta al mes 1000€ (y eso si no te lo tienen que cambiar) a parte de tener importantes efectos secundarios, hepatitis, herpes, clamidia, gonorrea, sífilis… ¿Y el mejor y único método para prevenir todo esto? La monogamia, la fidelidad y el amor. Los preservativos son un parche, que ni para todo (el virus del papiloma humano por ejemplo) ni es una solución a largo plazo. *Por lo que sí, la educación es la única solución.*
Lo de no tener relaciones sexuales y que el chico se tenga (forzado por estar a dos velas) que ir con otras… me parece profundamente sexista, y de un carácter animal impresionante. Los seres humanos no somos animales, aunque luego algunos se comporten como tal, no nos movemos única y exclusivamente por impulsos, en teoría somos una entidad más evolucionada, con conciencia (aunque no siempre se demuestre). No hay tal cosa como si no tengo sexo me muero. No hay tal cosa como la necesidad del sexo. Si un hombre no tiene relaciones sexuales no se le cae el pene.
Estamos en una sociedad donde el sexo es un mercado y se vende como tal: el sexo es todo, de que si no lo tienes eres raro, que no eres normal, que la virginidad es como un bicho que te tienes que quitar cuanto antes de encima. Cuando todo se vende se pierde el sentido de las cosas, el sentido de lo sagrado, de lo verdaderamente valioso.
Ayer estuve viendo un capítulo de la serie CSI Miami. Trataba del asesinato de un gay universitario que llevaba un blog de cotilleos de toda la gente del campus. Se creia que lo habian matado por algo que había descubierto y queria airear a los cuatro vientos, en plan prensa rosa de la peor estofa.
Salía una pareja de universitaria pija y conservadora que tenía intención de llegar virgen al matrimonio. Acababa descubriendose una foto del chico acostado con el amigo del fallecido, plumifero a más no poder.
Vale, se trata de ficción, pero la realidad muchas veces supera a ésta. Hay tíos así, gays armarizados, o simplemente viciosos, que utilizan a chicas que no quieren tener sexo hasta el matrimonio como tapadera. Y viciversa con mujeres lesbianas. Normalmente, cuando se rechaza el sexo pasados los 20 o 25, es porque algo raro hay: homosexualidad oculta (no sé vosotros, pero a mí un gay como colega, estupendo, pero como pareja, no, que no me va vivir una relación falsa o engañarme al respecto), problemas de erección, vaginismo insuperable, complejos muy gordos, traumas, transtornos de personalidad (hace poco conocí a un tío así, 36 años y dice que es virgen, con impotencia, trastornos depresivos, de personalidad…) y cosas así. Ya sé que hablamos del embarazo en la adolescencia, pero quiero remarcar que éste y un posterior aborto puede ocurrir en cualquier momento, como me ocurrio a mí, siendo adolescente virgen, y teniendo un aborto estando casada. Se acaba teniendo sexo tarde o temprano, los accidentes ocurren y, a veces, seguir con una gestación no es la mejor opción. Eso sí, coincido en que esto es mejor que ocurra, si ocurre, siendo adultos y no adolescentes, mas fuertes emocionalmente en general.
La televisión tiene un gran defecto: nos dispersa del centro. Indefectiblemente. Y es que cuando nos des-centramos, casi siempre terminamos reduciendo el valor de las cosas que nos rodean. Es una versión del «divide y vencerás» que tanto le gusta a nuestro ego. Por ejemplo, decimos sexo cuando, en realidad, añoramos decir amor. Si me permites, te propongo un viaje: el regreso a ese centro, a ese ser natural que nos llama. Comienzo con la cita de una película de la que extraigo la frase que condensa su argumento: «Aquel día fue en el que descubrió con asombro que cuando él decía como desees, en realidad significaba te amo. Y aún más asombroso fue el día en que se dio cuenta que ella también le amaba». Esto lo tenemos todos dentro. Lo tienes dentro de ti. Este sentimiento universal viene de serie en el ser humano, basta redescubrirlo en ese viaje. No necesitas más, porque también eres, y no lo dudes nunca, una Princesa Prometida.