Le faltó valentía para no abortarlo

cropped-25-11-2015-b.jpgEn un hueco entre clase y clase en la universidad, cogemos el autobús para llegar al abortorio Dator. El viento hace duro estar en rescates. Es de esos días que siempre recuerdas. Hay mujeres que entran y salen, parece un comercio normal. Sale una chica por la puerta: joven, caminando despacio, con un pequeño sobre blanco en la mano. Se aleja de la clínica y respiramos hondo. Nos cruzamos con ella y aunque sabemos que va a ser duro tambien para nosotros, dialogamos con ella. Cuando empezamos a hablar con ella nos cuenta lo que ya intuíamos: acababa de abortar. A mi cabeza viene un pensamiento: «ya está, no hay nada que hacer». Sin embargo aún hay mucho que luchar: la acompañamos. Ella es consciente y nos mira triste. Nos explica su situación, lo que le ha llevado a abortar. Pero a pesar de todo ello, ella sabe lo que acaba de hacer, y no hay nada que cambie esa realidad: no ha luchado por su hijo y ahora está muerto. Llegan las lágrimas. Se quedó embarazada, y luego no tuvo la valentía de arriesgarse teniendo a su hijo. Su situación cambiará, pero a su hijo ya nadie se lo puede devolver. Rocio y Nacho, rescatadores Juan Pablo II y casi ingenieros.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s