Estamos haciendo rescates en el abortorio que llamamos «el cementerio», es un sábado por la mañana. Es la hora de los profesionales rescatadores Juan Pablo II: médicos, profesores, y yo que soy economista. En la acera de enfrente del abortorio hablamos con una joven pareja que se para a escucharnos. Vienen de Salamanca. Nos cuentan que ella se acaba de quedar embarazada, tienen dos hijos más, están en paro, deben dos meses de alquiler y temen que el casero les desahucie como ya les ocurriera antes. Se quejan que ni Cruz Roja ni Cáritas les han ayudado, al ser familia española no ocupan los primeros lugares. También deben los libros de texto del colegio. Ella insiste en que está convencida de abortar, que no quiere volver a pasarlo tan mal, y tiene una posibilidad de empezar a trabajar en un bar, pero embarazada imposible. Él querría tener al hijo pero delega la decisión final en ella. Pese a que ella se reafirma que está convencida de abortar. Hablamos mucho tiempo. Les damos dinero de urgencia para pagarles el viaje, pero ellos lo que quieren es trabajar. Nos apartamos y rezamos pidiendo un milagro. Finalmente, ella decide no entrar al abortorio por hoy, tenía que hacerse el aborto en unos minutos. A la hora de comer nos vamos a la asociación MásFuturo. Allí nos da muchos argumentos, «no puedo dar a mis hijos lo que quiero», «no me puedo casar», después de horas vuelven a su casa. Nos movemos mucha gente para ayudarla. Hoy ese bebé sigue vivo, pero no sabemos por cuánto tiempo. Jesús Gómez, rescatador Juan Pablo II.
-
Entradas recientes
- Revocada la sentencia ROE.vs.WADE en el tribunal supremo de EEUU. No se acaba el aborto. Pero es un paso hacia delante
- Tu hijo, no es tu cuerpo
- Cada bebé que rescatamos es uno menos que pasa por caja
- Intentan matar a un Juez de la Corte Suprema de EEUU abiertamente provida
- Los valientes voluntarios de CBR enseñando la realidad del aborto
-
-