Desde hace 3 meses nos estamos encontrando mujeres que van a abortar, que con la frase «Dios me perdonará» entran al abortorio como si nada. El viernes pasado, salían de abortar dos chicas que se declaraban creyentes. Nos escucharon, no sentían ningún sentimiento de culpa, «Dios me perdonará». Pero una rescatadora, las mira y les habla de «No Matar, No Robar…» principios básicos de un cristiano. El sábado, en el teléfono SOS otra mujer, 39 años, con trabajo estable, embarazada de 5 meses decide de repente abortar, está incómoda con su embarazo, «Dios me perdonará». Ahora Dios le molesta. Otra mujer llama desesperada, su amiga quiere abortar con 6 meses porque su médico se lo ha recomendado, puede que su hijo tenga una malformación. Su novio por supuesto quiere que aborte, son creyentes y piensan que Dios no les va a castigar. La amiga es la primera vez que se enfrenta a un caso de aborto, está triste, no entiende como se puede matar así a su hijo porque puede ser «distinto», la ofrece quedarse con su bebé, a ella le da igual como salga. Pero la que va a abortar decide que «o mio o de nadie».
Otra: viene de castilla-León, conseguimos que no aborte, el rescatador se queda con ellos. Esta feliz porque no aborta. La chica comenta que es de una cofradía y nunca se ha planteado otra cosa que no sea abortar. Y así una, otra…Este perfil no coincide con las mujeres que hemos conocidos en las cercanías del abortorio durante años. El buenísimo se ha introducido en nuestras casas, ha entrado y se ha quedado ahí. El año de la misericordia no es un TODO VALE. Marta Velarde, Rescatadores Juan Pablo II.
(Foto: voluntarios de la asociación MásFuturo en el VolunFair).