Estamos haciendo rescates un sábado por la mañana en uno de los abortorios de Madrid. Se aproxima una pareja de novios y nos ponemos a hablar con ellos. Tienen unos 23 años, tienen ya un hijo anterior y se han quedado embarazados del segundo. En un primer momento nos escuchan, pero cuando les recordamos que este segundo es igual que el primero, y que tiene derecho a tener un hermano, tuercen el gesto, nos contestan que no, que ya es mucho un segundo estando las cosas tan mal, porque solo trabaja uno de los dos. Finalmente entran. No podemos hacer nada. Parece que dos eran demasiados. Jesús Gomez, economista, rescatador Juan Pablo II
¿Pero quienes son ellos para decidir quién vive y quien muere? Las miserias humanas: no me apetece, le mato, me sobra, le mato,.. claro, el bebe no-nato no vota, no habla, y no interesa.
(Foto: Felipe y Paulo, gemelos, sacerdotes. «A mi mamá le dijeron que abortara porque la guagua [el bebé] venía mal, con tres piernas, cuatro brazos… pero ella no quiso, optó por la vida, aunque en ese tiempo se podía, ya que ella estaba supuestamente en riesgo», dice Paulo. Lo que pasaba es que eran gemelos).