Otra vez. Cada día en rescates se repite lo mismo. ¿Qué madre obliga a su hija a abortar? Cada día hay mas, y siempre con el mismo final: un prolongado silencio de la niña mientras los padres nos echan con malas palabras y conducen a sus hijos al lugar en donde se deshacen de sus propios nietos. Yo me suelo preguntar qué pensará la hija en esos momentos; si querrá tenerlo y la única razón de que esté a punto de matar a su hijo son aquellos mismos que a ella le dieron la vida. Estoy convencida de que los padres no la dan opción, contra su voluntad, a cometer el peor error de sus vidas. Hoy somos cuatro rescatadores, ya llevamos una hora. Vemos aparcar un coche cerca de la puerta, dos mujeres salen del vehículo, nada más decir la primera palabra, las reconocemos. Son las mismas con las que hablamos hace justo una semana, y nos despachan con la misma rapidez y mala educación: “No queremos saber nada de vosotros”. Quince minutos y vemos a una chica que se acerca al abortorio. Muy joven, unos dieciséis años. Alta, rubia y muy delgada. Estamos a dos metros de ella cuando vemos que la chica se para y se pone al lado de una de las mujeres con las que habíamos hablado antes. Por sus gestos, sus palabras y la forma en que la mira, sabemos que es su madre (la otra mujer sigue dentro de la clínica). No he decidido todavía si acercarme a hablar con ella, cuando me ocurre algo que jamás antes había vivido ante las puertas de Dator: la chica deja de hablar con su madre, se acerca a mí, y con una voz firme y decidida, me dice: “¿me puedes dar un folleto, por favor?”.En seguida hago lo que me pide, sin dar crédito a mis oídos, pero no he podido decir más de dos palabras cuando llega la madre e intenta quitarle el folleto a su hija, al mismo tiempo que la aparta de nosotros, gritando por tercera vez “¡no os necesitamos!”. Sin embargo, la chica, ya con lágrimas en los ojos; se libra del brazo de su madre y la dice que no se lo quite, que la deje en paz, que quiere verlo. Es la primera vez que veo a una niña enfrentarse a su madre de esa forma a las puertas de un abortorio, y esa valentía es algo que no voy a olvidar.
Sin embargo, la chica no aguanta más, y en unos segundos rompe a llorar desconsoladamente. Su madre la abraza, al mismo tiempo que la aparta de nosotros. Los próximos diez minutos son interminables. A sólo dos metros vemos a la chica abrazada a su madre, que no para de murmurarle palabras inaudibles para nosotros. No podemos hacer nada. Sólo mirar como su propia madre le susurra al oído lo que adivinamos como dulces argumentos sobre lo acertado que es abortar. No me atrevo ni a echar una mirada, pues cualquier gesto puede desatar la violencia que ya antes hemos experimentado al tratar con esa señora. Sólo me aventuro a girarme cuando el otro rescatador me avisa de que ella no mira y, por fin, logro interceptar la mirada de la chica. La sonrío y ella me sonríe, a través del interminable abrazo. No podemos movernos, sólo rezamos para que se produzca el milagro y ella se sobreponga y acuda a nosotros.Pero eso no pasa, y nos vemos obligados a ver cómo la tercera mujer, la que estaba dentro de la clínica, sale para decirles que las están esperando, que es su turno. Lo último que alcanzo a ver son los ojos de esa chica que es llevada entre los brazos de su madre a matar a su bebé. Rocio, estudiante de Ingeniería, Rescatadora Juan Pablo II.
Yo me pongo en el lugar de la madre, seguramente una mujer que no puede permitirse dejar de trabajar para criar a un nieto y permitir así que su hija pueda seguir estudiando para alcanzar en su momento un puesto de trabajo con el que permitirse una vida digna para ella y su familia. Qué madre quiere que su hija deje de estudiar a temprano, no se saque ni un título académico decente y acabe trabajando de cualquier cosa mal pagada para estar siempre viviendo con carencias?. Seguramente a esa madre no le hacía ninguna gracia tener que llevar a su hija a abortar, pero vio que eso era lo mejor para ella especialmente a largo plazo.
fallenangel. ¿No se si eres hombre o mujer? ¿mayor o joven? realmente no se si eres alguien porque a lo mejor estoy hablando con un robot, pero lo que si es seguro es que no has tenido hijos y mucho menos abortos, porque si asi hubiese sido no hablarías de esa forma con eso conformismo que mata, por que tu hablas de vida digna. ¿crees realmente que esa niña volverá a confiar en su madre? yo te digo QUE NO y que ni a corto, ni a largo plazo ese aborto la niña nunca lo olvidará. De todas maneras un punto por la niña por que al menos quiso enfrentarse con la madre
Soy una mujer de 37 años, tengo una hija de 15 y me someti a un aborto provocado hace más de catorce años.
Mi aborto es una experiencia más de mí, poca cosa comparado con lo que he pasado en la vida. Mi propia madre me aconsejó que abortara (ella misma tuvo dos abortos provocados antes de que yo naciera) y pagó la intervención en una clinica privada. Yo jamás he dejado de confiar en ella ni de quererla.
Nunca me he arrepentido de mi aborto.
Quizá esa niña no se olvide nunca de su aborto como tampoco olvide otras experiencias de su vida, pero si no ahora, cuando se haga mayor y quizá tenga hijos entenderá a su madre, que obró pensando en lo mejor para ella.
fallangel. No te montes historias que no sabes si son de verdad. No sabes nada de esa niña.
Los proaborto siempre al lado de los que matan bebés. Pero es verdad que cada día hay más mujeres que abortaron que nos ayudan en la causa ProVida.
Simplemente he comentado que, como no voy sobrada de dinero y tengo una hija adolescente, puedo entender a la madre de esa chica. No creo que obre intentando perjudicar a su propia hija.
Es el caso de muchas madres trabajadoras de clase media o media-baja, casadas, separadas o viudas, que llevan un sueldo a casa ; o amas de casa que a lo mejor tienen otros niños y tienen que administrar el sueldo no muy alto del marido.
Si me dices esta mujer es de clase media-alta o incluso alta que se puede permitir contratar a una niñera a tiempo completo para que se ocupe del crio y así no dejar de trabajar ella (y perder un puesto por el que ha trabajado años, que se dice pronto) ni que la hija deje de estudiar ni de hacer vida de una chica de su edad, es otra historia. O que pueda encargarse ella misma del niño como si fuera su hijo. Eso sí, que el niño luego llame mamá o consideré más mamá a la niñera o a la abuela que a su propia madre es duro. Esto último lo he vivido.
Hola fallenangel. Quieres decir que eres madre de dos hijos, uno vivo y otro muerto por aborto provocado, de 15 y 14 años respectivamente. Siento sinceramente la pérdida de tu segundo hijo o hija (supongo que no conoces su sexo), y de tus dos hermanos, personas como tú y como yo, que si no fuera por esa muerte que les provocaron a tan incipiente edad, estarían con nosotros en estos momentos. Un afectuoso saludo.
Me has dejado con la boca abierta y los ojos como platos.
No sabía yo que un embrión eliminado hace más de catorce primaveras siguiera cumpliendo años. Acaso pertenece a una realidad virtual que te has montado o quieres que me crea algo que no hay por donde cogerlo con no se sabe qué intención?. Allá tú, pero anda con ojo con esas ideas porque, como te oiga un psiquiatra bueno (y de verdad que no te lo digo por la intención de ofender), procurará medicarte con una buena carga de antipsicoticos.
Si lo haces con la intención de que me lo crea y me hunda, te comunico que lo siento, pero no te ha servido. Lo único que he sentido es preocupación por ti ante la idea de que puedes creerte tu comentario.
No, ese embrión, porque la realidad es que no llegó a ser otra cosa, nunca cumplió ni cumplirá años. Es como afirmar que llevo no sé cuantos años de relación con algún ex novio. El embrión existió como esa relación también tuvo lugar, es innegable, pero de ahí a decir que tengo otro hijo… Ni siquiera puede contarse como hijo aquel que ha fallecido; en el momento en que fallece, se queda uno sin hijo, aunque en el corazón (y es muy entendible) sienta que sigue teniéndolo aunque haya muerto.
Existen alternativas, como la adopción; tantas mujeres que desean saber lo que es tener un milagro en el vientre!!! Conozco chicas que han seguido estudiando para sacar adelante a ese milagro tan maravilloso y que se han casado después. Nada aprueba matar axun ser indefenso….no hay argumentos que valgan. Ojalá y algún día puedas sentir el amor….
Nada que ver la clase social!!! Que absurda, entonces para ti, tu haces una carga… No conoces el amor…
Estás vacía, de verdad no conoces el amor….
No puedo creer que para ti la vida no valga nada.
Respeto a quien da a su hijo biológico en adopción, pero para mí no era una alternativa, no podía hacerme a la idea de pasar por algo así y, además, mi marido y mi familia tampoco lo hubieran aprobado.
No me considero un ser vacío que no haya recibido amor en absoluto. Simplemente pienso de forma diferente a los que participan en este blog.
En cuanto a la clase social, yo no he dicho que las mujeres de clase trabajadora no deban o puedan tener hijos, para nada, pero sí que hay que contar con una mínima estabilidad para hacerlo. Una no puede criar a un hijo debajo de un puente. Las cosas son asi. Si no, que lo explique la gente que ha perdido o a estado a punto de perder la custodia de sus hijos por no poder ofrecerles lo minimo. Por perder su casa, su trabajo y no tener quien les ayudara. Es muy fácil hablar cuando el que aconseja no ha pasado por ello ni de lejos.
Está claro que quien aborta no quiere admitir que ha matado o ayudado a matar a un ser humano. Si es una cuestión económica, entonces estaría igual de bien matar a uno o dos hijos nacidos, que comen y gastan mucho, NO? Es exactamente lo mismo. Quien ha matado no quiere verlo…