El viernes nos dejamos una hora sin rescatadores en un abortorio de Madrid. Una chica de 24 semanas de gestación entra para solicitar un aborto rápido. La dicen que no lo puede hacer por la seguridad social, solo por privado, mucho dinero. Desesperada llama al teléfono de ayudas para ver otros precios. Dios quiso que se equivocara. Llama al de la asociación MásFuturo. Solo han pasado unas horas, es sábado a las 14:30. Hablamos. Cuando ya solo escucha, decide venir a la asociación esa misma tarde. Una carrera universitaria, novio con futuro profesional, …, pero ningún sentimiento del valor de la vida humana. Está a mi lado una chica de 25 años, es la primera vez que escucha esto. Está casi llorando. Se le escapa: «¡nace vivo! y ahora ¿qué hacen con él?«. Los dos ven un vídeo de un aborto, real, no muy nítido, pero suficiente para darse cuenta de lo que van a hacer. Se van a su casa con la sensación de que algo ha parado que esa niña no viva.
Ya de madrugada deja un mensaje «muchas gracias, estoy más tranquila». Y Teresa va a nacer. Marta Velarde, asociación MásFuturo