La vimos entrar el viernes pasado con su cochecito de bebé en el abortorio. Solo unas palabras. No tenía intención de parar pero a veces incluso cuando van rápido nos escuchan. Me dejó su teléfono, yo miraba a ese niño de 16 meses que no sabía nada, su madre iba a pedir información para abortar a su hermanito de pocas semanas. Pero escuchó, incluso miró para atrás cuando entraba en el abortorio. No la vi salir, otra chica ocupaba toda nuestra atención. A los pocos días hablamos. Solo podía quedar un sábado tarde. Un rescatador la recogió de su trabajo. Española, con trabajo, 22 años, un niño de 16 meses. Una chica normal. Pero al cabo de un rato me comentó que había abortado dos veces en el mismo abortorio, y el padre de los 4 decía que eran solo «un grupo de células», la dije que él también era un grupo de células pero que no nos planteamos que no viviera. Pagó por los dos abortos 1.200 euros. Sus padres solo quieren hablar de que lo aborte.
Me vio una cruz que llevaba y me empezó a decir que qué pensaba. Entonces me dio pie para hablar de lo que más me gusta. Hablamos de Dios, de hacer lo que El quiere, como El quiere, aunque la dije que yo era un desastre. Se quedó escuchándo. Nunca había oído a nadie hablar de Dios así. La dije que mejor que yo sería ir a misa a una Iglesia porque a día siguiente era Domingo. Hoy me ha mandado el mensaje de arriba. Marta Velarde, Rescatadores Juan Pablo II.
Menudo panorama!. Sin apoyo de su pareja ni de su familia, con un bebé de casi año y medio y con un trabajo que desgraciadamente tiene muchas posibilidades de perder con un despido improcedente por «bajo rendimiento» en cuanto comunique que está embarazada…
Me recuerda un poco a mí en aquella época, aunque yo lo tenía aun peor que ella y no dudaba para nada.
Yo también fui a abortar con un bebé de un año recién cumplido en brazos y mi marido muy nervioso y diciendo en cuanto entró allí que él no estaba a favor de aquello.
Luego, según me contó, se fue con el bebé a la calle después de ser atendido por una psicóloga o asistente social, no lo sé muy bien. Su familia, que yo sepa, jamás lo supo; mi padre, que no estaba a favor del aborto salvo excepciones, tampoco; mi madre estaba al tanto y fue quien lo pagó, no veía otra salida y, sorprendentemente, hoy por hoy se arrepiente de sus abortos (especialmente uno de ellos, el que era de mi padre) y de haber pagado el mío. El otro día hablábamos de ello. Ojalá nunca hubiera quedado embarazada, ojalá no hubiera tenido que esperar hasta que alcance las 10 semanas y un día (FUR) por culpa del maldito dinero, he tenido momentos de tristeza viendo esas imágenes de fetos abortados publicadas en internet que un día descubrí por casualidad comprobando cómo era exactamente un embrión de seis a ocho semanas de existencia (me daba pena haber sacrificado a ese pequeño de tan sólo dos a tres centimetros de longitud y forma humanoide independientemente de que llevara mi código genético) y más aun pensando que había podido sufrir durante el proceso, cosa que es incierta porque no tiene sistema nervioso desarrollado a esa edad e incluso más allá del primer trimestre gestacional (odié a quien intentó convencerme de que sí sufrían, me hizo polvo; si la pillo después de saber que me mintió, casi hubiera sido capaz de zurrarle por jugar con mi sufrimiento), pero nunca me arrepentí. Jamás. Esa es la verdad.
Espero que esta chica tome la mejor decisión y sea feliz.
Por cierto, cómo es que pagó por los dos abortos 1200 euros?. De cuántas semanas interrumpió los dos embarazos?. De quince?. Es que incluso con sedación gestante y añadiendo la vacuna en caso de rh – de la gestante con un embarazo de entre 13 y 14 semanas, el precio no sube de poco más de 500 euros. Si está de menos de 12 semanas, menos aún.
Sedación general quería decir.