Foto: Mary(nombre ficticio) y la periodista que la entrevistó.
En 1997 una chica irlandesa de 13 años, violada y embarazada, llegó a Inglaterra para abortar. La acompañaban una trabajadora social y su madre adoptiva. Pero ella casi no sabía nada, ni del embarazo, ni de lo que era un aborto... De hecho, sus padres biológicos en Irlanda habían intentado evitar que las autoridades irlandesas la llevasen a Iglaterra a abortar, pero las autoridades insistieron: era un caso emblemático y se trataba de abrir un agujero en la Constitución provida irlandesa que no permitía casi ningún aborto, ni por violación.
El agujero era el «riesgo de suicidio». Algún psicólogo dijo que el aborto era «necesario» para evitar el suicidio de la chica. Y el Tribunal Supremo irlandés lo permitió porque ya lo había permitido así en un caso anterior.
Es la historia del llamado «Caso C» o «C Case». Los abortistas irlandeses e internacionales lo han usado muchas veces para presionar a favor del aborto a niñas o mujeres violadas. Pero esa adolescente de 13 años que abortó en Inglaterra creció y en 2013 contaba en el The Independent de Irlanda que se arrepentía del aborto, que abortó presionada por los mayores, sin saber lo que hacía y que cada día se arrepiente, que piensa cada día en la niña a la que no dejaron nacer, que la imagina como una niña rubia, que la imagina al ver a sus hermanos, los hijos que tiene ahora.
En este testimonio explicaba que la violación la dañó, pero el aborto la ha dañado mucho más, y la daña cada día. Publicamos a continuación la traducción al español de este testimonio, recogido en The Independent de Irlanda y traducido por Salvar El 1 , la web de historias y testimonios que demuestran que algo horrible, como la violación, no justifica el aborto, y que donde se apuesta por la vida hay superación, esperanza y sanación. La mamá del Caso C: «Cada día me duele mi bebé perdido».ReligionenLibertad.