Rescatando bebés en Filadelfia. La eugenesia encubierta

Impresiona verte a las puertas de la multinacional del aborto Planned Parenthood después de apenas dos semanas en Filadelfia. Años rescatando bebés en las cercanías de los abortorios de Madrid. Los rescatadores Juan Pablo II hemos vivido muchos momentos durísimos contra nosotros alli, en Madrid. Ahora las circunstancias me llevan a EEUU. Y mi vena rescatadora no para. Es lo primero que he hecho al llegar aquí. Conocí a la doctora Ruberu por una coincidencia, pero en su presentación habló de una asociación pro-vida que se reúne en las cercanías de los abortorios. La idea me era muy familiar. Cuando le pregunté sobre lo que hacían me pareció estar hablando con la Marta Velarde americana. Los mismos principios, la misma ilusión y un plan para rescatar bebés de la muerte.
Así que unos días después me encontraba delante de uno de los dos abortorios de la ciudad, propiedad de la tristemente famosa Planned Parenthood (PP), situado en uno de los barrios elegantes de la ciudad. Llamaba la atención la cantidad de mujeres afroamericanas que acudían al centro, históricamente el grupo étnico más desfavorecido. En la puerta me encontré con Jill y Pat, dos estadounidenses jubilados que dedican parte de su tiempo a rezar en la puerta de este centro y ofrecer ayuda y esperanza a las mujeres que entran.Me enseñan unos panfletos con un poco de historia del aborto en la PP. Los números estremecen, puedo comprobar que el 90% de las mujeres que acuden son de raza afroamericana, y me cuentan que 3 de cada 5 embarazos de esta raza terminan en aborto. Incluso existe la sospecha de eugenesia encubierta, que recae sobre una de las fundadoras de la PP, Margaret Sanger.
Tuve la oportunidad de hablar con una chica jovencita que había ido a pedir la píldora del día después. Me explicaba que ella quería ir a un instituto de señoritas en el que no le dejarían entrar si estaba embarazada. He escuchado tantas veces este argumento bajo premisas distintas, de trabajo, de permisos, de relaciones sentimentales…en realidad siempre me viene a la mente la misma reflexión.
Desconozco qué tipo de institución es esta, no me contó mucho más de este instituto, pero tampoco me dijo que no quisiera ser madre, que odiase a su hijo o que le pareciera bien matarlo. Sólo me habló de las presiones que tenía para que abortase, que harían que fuese una desgraciada, y que de forma directa e indirecta le llegaban de gente cercana o de instituciones que deberían estar para ayudarla si tuviera cualquier problema…menos ese.
Así que este es el pensamiento que siempre me asalta ¿Son las mujeres realmente libres para elegir? o cuando ya han sido abandonadas y puestas al borde del abismo con una espada al cuello les dicen todas estas personas bienintencionadas defensoras del derecho a decidir(que quieres abortar): “si quieres puedes no saltar”.
Por suerte también en Filadelfia hay gente buena que se acerca a estas mujeres y les ofrece esperanza. Les abre los ojos a un montón de posibilidades felices que no pasan por un horrible crimen que como me decía esta chica “a su madre la llevó a la depresión”. Tienen un centro médico enfrente en el que hacer ecografías y pruebas de embarazo desinteresadas, de las que no se inventan enfermedades congénitas imposibles de detectar con tanta precocidad. Y una vez que dan el paso valiente las recogen y las ayudan como también en España y otros tantos países sabemos hacer. No conocemos a madres arrepentidas de tener a sus hijos, pero madres arrepentidas porque han decidido que no vivieran…demasiadas. Ana Lara, Rescatadora Juan Pablo II desde Filadelfia, EEUU.
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