Hemos llegado un poco tarde, ya han entrado 6mujeres en el abortorio y han salido también unas cuantas. Dos de ellas las vemos salir, nos acercamos Luis y yo. Se sorprenden de ver el folleto de ayudas. Nos quedamos impresionados de lo que nos dicen: cuando iba a empezar el aborto se ha derrumbado y se ha puesto a llorar e inmediatamente se ha escapado del abortorio. ¡Y la vemos todavía con la vía puesta!. Tiene 21 años. Seria, habla poco, impresionada. Viene Marta, y los tres nos quedamos hablando con ellas. Se va relajando. Nos cuenta que tiene planes de salir de España para ver a su otro hijo. Va con ella su hermana, que nos escucha.
Estamos tan contentos que ella empieza a sonreír. Le damos la enhorabuena. Nos sorprende que la madre de su hermanastra era la que iba a sufragar los gastos del aborto. «Todo pagado en metálico». Y yo me pregunto ¿cómo una madre es capaz de ayudar a otra a matar a un hijo en vez de ofrecer su ayuda para sacarlo adelante?
Cuando nos vamos oímos por detrás: ¡HA SIDO INCREÍBLE!
Horas más tarde manda un mensaje, «gracias por estar ahí , nunca os lo agradeceré suficiente!». Laura U., Luis U., Marta V., Rescatadores Juan Pablo II