Declaración de Paul e. Rockwell, m. D.:
» hace once años, mientras daba un anestésico para una ruptura del embarazo ectópico (a las 8 semanas de gestación), me dieron lo que creo que era el más pequeño humano viviente jamás visto. El saco embrionario estaba intacto y transparente. Dentro del saco había un pequeño hombre humano nadando vigorosamente en el líquido amniótico, mientras estaba atado a la pared por el cordón umbilical. Este pequeño humano estaba perfectamente desarrollado, con dedos largos, pies y manos. Era casi transparente, por lo que se refiere a la piel, y las delicadas arterias y venas eran prominentes para los extremos de los dedos.» El Dr. Rockwell continúa, » el bebé estaba extremadamente vivo y nadó sobre el saco aproximadamente una vez por segundo, con un derrame natural de nadador. Este pequeño humano no se veía como las fotos y dibujos y modelos de ‘Embriones’ que yo había visto, ni se veía como unos pocos embriones que he podido observar desde entonces, obviamente porque éste estaba vivo! Cuando el sac fue abierto, el pequeño humano inmediatamente perdió su vida y tomó la apariencia de lo que se acepta como la aparición de un embrión en esta etapa de la vida (con extremidades blunt, etc.).»
Declaración de Paul e. Rockwell, m. D., un anestesiólogo, que fue citado por el Dr. y la Sra. J.C. Willke en su manual sobre el aborto, abort67.
Es una fotografía impresionante.
Parece que tiene 8 semanas de vida, pero corresponde a unas 10 semanas de gestación; así debía ser mi segundo hijo, o el que iba a serlo. Sí, era mi hijo, pero aunque no tuviese mi adn ni el del que fue mi marido, era un ser humano diminuto, o proyecto de ser humano, de unos tres centimetros al que yo sacrifique. Parece mentira: 3 centímetros, un ser diminuto que ni sentía ni pensaba, pero al que no he olvidado ni olvidaré mientras viva.
Aunque entienda que las mujeres aborten,
apoye que no mueran haciéndolo y no me parezca bien que tengan que seguir con una gestación de forma forzada, no me es indeferente la pérdida de esa vida.
A pesar de ello, se sigue adelante con fuerza; las mujeres que abortamos nos levantamos y seguimos con nuestras vidas.