Una tras otra, con un solo denominador común: vienen desde Portugal, se alojan en un hotel en la calle Bravo Murillo, y pagan en metálico el aborto. Hablamos con tres mujeres distintas. Una de ellas viene con una amiga ambas con maletas. Está de 20 semanas de embarazo. La han traído desde Portugal. Nos escucha, y vuelve después de dejar las maletas en el hotel. Varios rescatadores la dan un abrazo cuando dice que no va a abortar, esta segura. Va a avisar al abortorio de que se vuelve a su país. Entra en el abortorio Dator. Nos dice que la esperemos, que quiere hablar más y que quiere dejar cerrado con el abortorio. Cuando se va nos quedamos preocupados, sabemos que una vez que entran ya no salen. Varias horas y siguen entrando mujeres al abortorio. No sabemos que habrá pasado con ella. No sabemos que habrá sido de su bebé que la hemos llamado Regina.
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Supongo que sabréis que en Portugal existe ley de aborto libre hasta las 10 semanas. 10 semanas y 3 días como máximo según he leido. Las que se pasan de ese tiempo, tienen la opción de venir a España; Madrid es una opción, aunque en Cáceres, en la frontera con Portugal hay otra clínica. No sé si vienen a Madrid por mejores precios o qué.
Lo de la chica que estaba embarazada de 20 semanas, lo único que tenía que hacer era firmar un documento de revocación del consentimiento informado, que puede ir en la misma hoja, pero abajo. Lo sé. No se tarda tanto en hacer eso. Seguramente al final cambió de idea y abortó. Lo siento.
La clínica no está en Cáceres, sino en Badajoz. Se llama Guadiana-Los Arcos, una filial de Dator de Madrid creo, y donde va Margarita Cabrer a convencer a las chicas para que no aborten y a poner el grito en el cielo porque esto ocurra.