Salgo corriendo hacia el abortorio Dator, otro aviso de aborto. Por suerte la pareja que iban a abortar se arrepintieron al ver el ambiente allí dentro. Estoy impresionada de la cantidad de acompañantes masculinos (parejas, padres, amigos…) están esperando mientras las mujeres están abortando. No se miran, no hablan, solo esperan fuera fumándose un cigarrillo mientras dentro están acabando con su hijo, ¡atroz!
Es más horrible cuando ves que esperan dentro del coche echándose un sueñecito o con las piernas encima del salpicadero hablando por teléfono…. ¡Total no va a quedar huella suya en esa mujer!
¡Así de duro es y así de duro tiene que ser su corazón!. Esther, Rescatadora Juan Pablo II.
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La psicóloga le dijo a mi marido algo que me sorprendió: «Mejor que te lleves al bebé a la calle porque lo último que quiere ver una mujer que viene aquí es un niño».
Yo pensaba: «Pues a mí no me afecta. Distingo entre un embrión y un bebé».
Después de que saliera la chica que se quedó impactada al ver a mi bebé, otra pasó por allí tan tranquila y le hizo una carantoña.
Mi marido murió justo un año y siete meses después de aquello, curiosamente por las mismas fechas en que se hubiera cumplido el primer año del nacimiento de ese «segundo hijo» en caso de haberlo tenido.
La vida y sus casualidades.