
Más de un centenar de diputados y ministros alemanes de todos los partidos políticos han presentado una iniciativa contra la financiación sistemática del DPNI Diagnóstico Prenatal no Invasivo, una nueva prueba de detección del síndrome de Down en el embrión durante el embarazo. Temen, con razón «un aumento en los abortos» que derive en la eliminación de las personas con esta discapacidad. Sin embargo, Alemania es hoy la primera en dudar del interés de esta nueva prueba de detección prenatal del síndrome de Down y de las implicaciones éticas que derivan de su uso. El diputado Rudolf Henke recuerda que «cada vida humana merece ser vivida. En el plano ético, todo ser humano tiene el derecho natural de ser deseado y acogido». Una cuestión que inevitablemente resuena tras la historia reciente de Alemania. En otros países, como Francia, este test ha sido recibido como un éxito técnico, médico y ético. Es más «eficiente» y más «fiable». Permite «una mejor selección para eliminar mejor». En este país, como en España, ya más del 96% de los niños diagnosticados durante el embarazo con síndrome de Down, son abortados. Fundación J. Lejeune, Infocatolica.