Venimos de clase de la universidad. Hoy somos pocos haciendo rescates. Nos quedamos un rato hablando con una chica. Nos escucha y nos deja sus datos, ¡llamadme!. Cuando nos despedimos de ella vemos que hay una señora lejos mirándonos. Entra en el abortorio Dator. No hemos hablado con ella. Ni nos hemos enterado. Al cabo de unos 20 minutos sale y ese acerca donde estamos y empieza a gritarnos, insultándonos, y a decirnos que si somos la voz de la conciencia. Una rescatadora intenta calmarla, no sabe porque salta así, no han cruzado palabra alguna con ella. Vuelve a entrar en el abortorio y a la salida se queda entreteniendo a los rescatadores como si estuviera reteniéndoles. A los rescatadores les extraña que ahora no está tan violenta. De repente sale una persona del personal del abortorio y empieza a grabar con el móvil. Inmediatamente llega la policía. Y les pide a los rescatadores documentación, teléfono, dirección y les registra las mochilas. Les pregunta si se dedican a raptar a niños. Estupefactos los rescatadores se dan cuenta de la encerrona de la señora y del abortorio Dator.
Cuando la policía se va se encuentran con la chica con la que hablaron. Quedan en verse y ver las ayudas a madre embarazada. SE va más tranquila. Pero los rescatadores se quedan con un nudo en la garganta. Esto es David contra Goliath. Almu y Juan, rescatadores Juan Pablo II.