El feminismo es igualdad entre hombres y mujeres. Eso siempre es necesario. Decir que se necesita es como escupir al recuerdo de las mujeres que lucharon por ello en épocas muy duras para el género femenino e incluso perdieron la vida.
«Yo no mato a mis hijos». ¿Eso le decís a las mujeres que han abortado?.
Decía que «Maternidad imposible» de Irene Vilar me pareció duro, pero al mismo tiempo esperanzador porque ella salió del infierno y es feliz a pesar de sus profundas heridas vitales; los libros antiabortistas sólo me produjeron angustia, un profundo homenaje a la culpa eterna, al hundimiento. Cada uno elige su camino: yo elijo no hundirme.
El feminismo es igualdad entre hombres y mujeres. Eso siempre es necesario. Decir que se necesita es como escupir al recuerdo de las mujeres que lucharon por ello en épocas muy duras para el género femenino e incluso perdieron la vida.
«Yo no mato a mis hijos». ¿Eso le decís a las mujeres que han abortado?.
Decía que «Maternidad imposible» de Irene Vilar me pareció duro, pero al mismo tiempo esperanzador porque ella salió del infierno y es feliz a pesar de sus profundas heridas vitales; los libros antiabortistas sólo me produjeron angustia, un profundo homenaje a la culpa eterna, al hundimiento. Cada uno elige su camino: yo elijo no hundirme.
En la tercera línea faltaba un «no» al principio.