«Sin planificar»:la transformación personal de Abby, directora de centro abortista

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

7 respuestas a «Sin planificar»:la transformación personal de Abby, directora de centro abortista

  1. fallenangel dijo:

    Me gustaría verla y también me gustaría tener la oportunidad de trabajar en una clínica que practique abortos para verlo todo, aunque creo dudo que lo segundo ocurra alguna vez.
    Hace años escribí un e-mail profundamente afectada a la clínica en la que aborte porque se me metió en la cabeza ver la ecografía del que hubiera sido mi segundo hijo; les dije que les pagaría, y la verdad es que fueron amables y me dijeron que no tendría que pagar nada, pero que no disponían de la ecografía porque las historias clinicas se destruian a los cinco años de la última visita y había pasado más tiempo.
    Cuando hablé de mi situación emocional, quebrada tras la muerte de mi padre (creo que tuvo mucho que ver) unida a otros problemas, me ofrecieron terapia a precio rebajado (entiendo que cobraran porque la clinica no va a obligar al o la psiquiatra a hacer trabajos gratis, y todos cobramos por trabajar), pero jamás quise acudir a ninguna sesiones.
    Con el tiempo, con apenas treinta años, acabé preguntando por el precio de la ligadura de trompas, pero no me contestaron. En realidad, me lo planteaba seriamente tras tener a mi hija y después del aborto porque, a pesar de tener veintipocos años, tenía clarísimo que no quería hijos. Con 32 años acabé ligandome las trompas por la SS, una decisión no demasiado acertada teniendo en cuenta que me realizaron una histerectomia a los 35 años, pero cómo iba a saberlo.

    Cuando tenía 37 años y, tras haber acabado el ciclo formativo de TCAE (auxiliar enfermería), llevé a cabo otra de mis «flamantes» ideas y fue volver a escribir otro e-mail para que me dijeran cuándo podía pasarme por allí para devolver 90€ que dejé a deber y jamás me habia atrevido a devolver de ninguna de las maneras. Hay que reconocer que se portaron muy bien cuando mi marido dijo que no teniamos apenas para pasar el mes y que el sobre de antibiótico que me recetaron costaba 20€, cifra importante para nuestra agonizante economía. Una mujer se lo dejó apuntado y dijo que pagara cuando pudiese, que había gente que ni siquiera le pagaba, y es que en esa clinica, por aquel tiempo, se pagaba al irse, después del procedimiento.
    No sé si ahora sigue siendo así, pero no en todas los centros ocurre esto.
    Además, les dije que, sintiendo pecar de descarada, les quería informar de que me había sacado el título de TCAE y que, si necesitaban personal, yo estaba dispuesta a empezar a trabajar. Que yo iba a devolver el dinero igualmente, que eso lo tenía claro.
    Me dijeron que no necesitaban personal, pero que dejara igualmente mi cirriculum, y eso hice enviandolo por correo electrónico en cuanto llegué a casa.

  2. fallenangel dijo:

    Un lunes cualquiera por la tarde tomé un metro y me fui directa a la clínica, a la que previamente había aclarado sin cortarme un pelo que «yo sólo quiero pagar lo que debo y marcharme, nada más. ¡Qué más quisiera que yo que me devolvieran la nada despreciable pasta que me deben algunas aunque fuera después de catorce años, que más vale tarde que nunca!».
    Entré y me abrió una mujer a quien aclaré quién era, que ya debía estar enterada de la historia, la cual imagino que se extendió como la pólvora por toda la clínica y dejaría a más de uno un pelín o un pelazo, según el caso, asombrado.
    Le entendí el sobre con los billetes, que llevaba escrito mis iniciales y la fecha del aborto reconociendole que había transcurrido mucho tiempo. Ella me lo recalcó cuando se fijó en la fecha de la IVE.
    La mujer me preguntó mi nombre, yo se lo dije, y me dijo que era para incluir una nota en los papeles. Asombrada, le pregunté si todavía conservaban las historias médicas tras los cinco años pensando en echarle un vistazo a la mía. Me dijo que no, pero que habia una lista de impagos. La habría, aunque jamás me reclamaron nada ni directamente ni por otras vías.
    Sin querer darle más vueltas a esto me fui de allí a dar una vuelta antes de volver a casa, no sin antes saludar a una chica que estaba allí y no me dijo ni pío, y ver entrar en el centro a una pareja de novios de poco más de veinte años, muy serios y cogidos de la mano.
    Recuerdo que, no sé si por un estado de nerviosismo que no percibía o por lo que sea, al salir de allí y empezar a pasear hacia el metro, parando antes en alguna librería y cafeteria, me empecé a encontrar mal y aquello no remitió hasta que me tomé un sobre de ibuprofeno, me metí en la cama y descanse.

  3. fallenangel dijo:

    Yo no sé si es que en EEUU les va mucho la exageración, o es el caso de esta película, que dramatiza más de la cuenta porque esas mujeres hechas una pena vestidas con batas rosas, que más bien parecen enfermas psiquiátricas sedadas hasta las cejas, y los chillidos histéricos de la chica negra que entraba en la clínica…
    Claro, hay que montar dramones que pongan los pongan los pelos de punta al espectador para ganar adeptos a la causa.

    Cuando mi compañera y yo estábamos en el cuarto de descanso, permanecimos diez minutos «atontadas» por la sedación que nos pusieron, pero no teníamos una pinta de «yonquis» que no se han lavado en una semana. De hecho, quince días después nos saludamos muy contentas de vernos al coincidir en la revisión postintervencion. En estos casos, como en otros, por lo menos en el mío, se produjo un «hermanamiento», deseo de seguir en contacto con la persona que ha pasado por lo mismo que una. Pero de dramones, lloros e histerias nada.

  4. Guille dijo:

    Tu ves amigas, nosotros en las cercanías de los abortorios vemos a CIENTOS llorando salir del abortorio. Las «compas» de aborto también lo pasan muy mal. De hecho es unánime tener pesadillas, depresión …pero en la historia de la humanidad siempre ha habido gente que la vida humana no tiene ningún valor.

  5. fallenangel dijo:

    Acaban de traerme el libro «Sin planificar» de Abby Johnson. Como creo que no estrenarán la película en ningún cine de Valencia a medio plazo, he decidido leerlo.
    Ya volveré por aquí en breve para comentarlo.

    Guille, no niego que algunas salgan del centro de planificación familiar hechas polvo y hasta llorando, pero no todas ni casi todas como algunos quieren hacer ver.
    Si tú quieres creer que no doy ningún valor a la vida humana, adelante, eres libre de pensar lo que quieras; desde luego, entre un embrión diminuto que no siente ni padece, por muy humano que sea y por mucho que lo hayamos sido todos en su momento, y una mujer, le doy infinitivamente más valor a la segunda que al primero.

  6. fallenangel dijo:

    He leído la mayor parte de «Sin planificar»; concretamente me he quedado en la parte en la que la protagonista recoge sus efectos personales de su despacho, deja llaves y tarjetas de acceso, todo ello tras enviar su carta de dimisión, y abandona la clínica de Planned Parenthood para no volver jamás tras ocho años de pasional dedicación.

    Está claro que la protagonista empezó a ser voluntaria y posteriormente trabajar en la clínica, en la que precisamente se sometió a un segundo aborto (éste farmacológico, el primero fue quirúrgico y en la clínica de otra ciudad), yendo en contra de todas sus ideas, que no eran muy firmes en un principio (en plan dicotomía) y como reacción a una época de confusión y depresión; tratando de luchar con fiereza para erradicar todos los sentimientos negativos que le provocaban sus propios abortos, pero al mismo tiempo convirtiéndose en la adalid de un causa que ella misma se autoconvencio de que era justa.
    Era una mujer trabajadora, apasionada, preocupada por el que sufre, el vulnerable, muy humana, gran compañera y una líder carismática sin pelos en la lengua. Desde luego, los de Planned Parenthood tuvieron sin duda alguna entre sus filas al trabajador ideal, pero también a su peor enemigo. Quizá en el fondo, conociendo su historia, lo supieran, pero creyeron que podrían manipularla en su beneficio. No les salió bien: el castillo de naipes que había construido en torno a su vida y a sí misma se acabó derrumbando, sus ideales afloraron y acabó siendo fiel a ellos.

  7. fallenangel dijo:

    También se rumorea que la historia de Abby Johnson no es tal como la cuentan y su conversión fue un teatro debido al inminente cierre de la clínica de Bryan (Texas) y a que en una población prominentemente provida iba a encontrar tanto trabajo como Lucifer en un coro de ángeles celestiales.
    Que el día que dijo que presenció un aborto quirúrgico de 13 semanas (xe, tenía que ser un pelín avanzadito, no podía ser de 6, 7 u 8 semanas, que no impresionaran tanto) no practicaban IVEs en el centro. Who knows.
    Vamos a dejarlo en que habría un poupurri de todo, para no aburrirse.
    La chica, a pesar de tener ideología antiabortista de base, vio la posibilidad de tener un puestazo en una empresa puntera de la región, pensó «ésta es la mía, que para eso me he roto la cornamenta a estudiar y mis padres han soltado las perras y la hija por el mundo» y miró para otro lado mientras le iban cayendo billetazos y gloria (no precisamente celestial, claro) a una actividad que no acababa de gustarle justificandose en que ella no participaba en los abortos.
    Porque ocho años no dándose cuenta de que la cifra de abortos no bajaba ni a tiros por mucho anticonceptivo gratis que se donase y publicitara, y encima siendo la encargada de sanear las cuentas, que lo hizo de maravilla. Claro, que después de eso a uno lo vayan a despedir sin miramientos como a una alfombra que ha pasado de moda, tiene que enfurecer y destrozar a cualquiera.
    Puede que los provida aceptaran a la chica pensando que, como trabajadora, era oro en paño y que, tras pulirla un poquito, y consolarla de sus penas (el despido, los futuros problemas económicos, sus traumas pasados, sus culpitas, que todos tenemos nuestro corazoncito…hasta los aborteros…o casi), les vino rebien. Y todos felices. Menos los de Planned Parenthood, a los que tocó un poco bastante los bajos.
    Who knows, who knows.
    Como dice el dicho: lo que la verdad esconde (peli de fantasmas estrenada en año 2000, yo estaba de cuatro meses y medio, me encantó), lo verdadero es un momento de lo falso…o algo por el estilo.
    Como novela, entretenida, tiene su puntillo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s