Ante un pedido de informes realizado al ANMAT, el gobierno detalló los componentes de las vacunas que integran el calendario obligatorio en nuestro país, confirmando que 4 de ellas fueron desarrolladas utilizando células humanas diploides, compuestas por fibroblastos tomados de pulmón de feto humano de 14 semanas de gestación.
En enero de esta año, desde El Disenso dimos a conocer que el gobierno publicó la nueva Ley 27.941 conocida como Ley de Vacunación Compulsiva. A partir de esta norma, los argentinos que no tengan aplicadas todas las vacunas del calendario oficial para niños y adultos, ya no podrán tramitar o renovar su DNI, pasaporte, certificado prenupcial o licencia de conducir, ni acceder a planes sociales; y en última instancia, podrán ser sometidos a la vacuna de forma compulsiva.
El autor de la iniciativa que fue aprobada sin debate y por unanimidad, fue el diputado Pablo Yedlin, quien estima que Nación deberá invertir u$s 400 millones para la aplicación de la ley, que serán imputados a las partidas del presupuesto general de la administración pública correspondiente al Ministerio de Desarrollo Social, garante de la adquisición de los insumos requeridos para la vacunación masiva. Estas acciones se llevaran a cabo en los establecimientos educativos, donde se entenderá que media “autorización tácita” por parte de los padres. A raíz de esta decisión, un grupo de abogados presentó un pedido de informes ante el ANMAT a fin de que el organismo brinde un detalle pormenorizado del contenido de composición y excipientes de cada una de las vacunas previstas como obligatorias. La respuesta oficial, que lleva la firma de la doctora Marina Alejandra Rossi, se efectivizó el pasado 18 de febrero.
Actualmente se están utilizando en el país 5 vacunas HDCV (células diploides humanas), cuatro de ellas integran el calendario de vacunación obligatoria. De acuerdo a Rossi, la producción de vacunas contra la Hepatitis A; Rubéola; Varicela; Herpes zóster y Rabia utilizan como sustrato celular las líneas MRC-5 y WI-38, ambas compuestas por fibrolastos tomados de pulmón de feto humano. La utilización de células de tejido embrionario para el desarrollo de vacunas data del año 1962. + en ElDisenso