El hospital tiró a la basura al bebé Ana María: «No me dicen qué hicieron con mi hija y quiero enterrarla»

Ana María nació en el límite de las 23 semanas, cuando un feto ya no puede ser tirado a la basura. El Hospital de Torrejón les mostró a los padres el cuerpo, les dio una ficha con sus huellas dactilares… Y luego la hizo desaparecer. Ellos reclaman poder enterrar a su hija.

«Ah, pero, ¿es que lo queríais? ¿Para qué?». Así -con el pronombre personal «lo» refiriéndose a su hija recién fallecida- fue como Radu supo que el Hospital de Torrejón se había deshecho del cadáver de su hija, recién nacida y muerta prácticamente a la vez.

Minutos después del parto, los médicos le habían mostrado el cadáver de la pequeña, de casi 23 semanas de gestación, con «un gorrito que le habían puesto». También le habían dado una fichita con las huellas dactilares y el nombre, Ana María, la clásica ficha que se le hace al recién nacido. El hombre aún guarda una foto que le hizo al pequeño cuerpo, aún caliente. Con el hondo dolor de saber de la muerte de su hija justo al nacer, Radu, que había estado junto a su mujer en el alumbramiento y «ya nos dimos cuenta de que algo no iba bien al ver que la niña no lloraba«, se había vuelto al paritorio. «QUEREMOS AL MENOS LLORAR A NUESTRA HIJA» .A ver a su mujer, Valentina, que seguía con la tensión desatada, motivo que había obligado a forzar el parto -en el que ella llegó a perder el conocimiento- «para no poner en riesgo la salud de la madre, según nos dijeron». Entre ambos lo decidieron: tras un embarazo complicado y muy costoso anímicamente, enterrarían a Ana María en un cementerio, «para poder ir a llorarla, porque nos. Tomada la decisión entre ambos, Radu volvió a hablar con los médicos, a reclamar el cadáver, cuenta. Esto sucedió horas después, porque tuvo que estar pendiente de su esposa, ingresada en la UCI. Y ahí, al preguntar por su hija, fue cuando recibió la respuesta antedicha. «Me dijeron que para qué quería eso, que no entendían… Me quedé alucinado. ¿Cómo no voy a querer el cadáver de mi hija?«. Sucedió el 8 de noviembre de 2017 y siguen reclamando el cuerpo, ahora al Servicio Madrileño de Salud (Sermas), que se ha limitado a confirmar a este diario que la reclamación está «en estudio y pendiente de resolución». LA NIÑA ESTABA VIVA APENAS TRES HORAS ANTES. El feto estaba vivo «apenas tres horas antes», porque había sido monitorizado, explica Radu a EL MUNDO. Pero la historia tiene un flanco aún más extremo. El cuerpo de Ana María estaría, a tenor de los documentos del embarazo consultados por este diario, en el mismo límite de dejar de ser considerado residuo orgánico… Por apenas unas horas. Según el seguimiento central del embarazo, Ana María llevaba 22 semanas y seis días de gestación. Es decir, un solo día más y no habría podido ser tirada sin más. «Pero es que incluso hay documentos en que consta que llevaba 23 semanas de gestación, y ahí sí que estaría fuera del límite», dice Adrián Carriedo, del despacho Lex Abogacía, letrado de la familia junto con Javier de la Peña. + en El Mundo

 

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