Estaba sentada en el parque que esta en frente del abortorio Isadora. Es mediodía. Un día agradable. Estoy viendo este maravilloso parque de La dehesa de la Villa de Madrid. Una mujer al lado mío esta hablando alto por el móvil:

«Resulta que la pareja de mi hijo que está embarazada le han dicho que la NIÑA que espera tiene LABIO LEPORINO. ¡Fíjate que lata! Eso supone gastarse dinero en el dentista y la cría tendría una vida difícil. Así que le he dicho a mi hija que tiene que deshacerse de la cría. Llame a la madre de la chica y me dijo que estaba de acuerdo

Ahora estoy en la puerta de Isadora, está abortando. Estoy un poco nerviosa, no se si he tomado una buena decisión pero es lo mejor para todos.»

No pude seguir impasible, me puse a rezar por esa niña que igual hoy hubiera nacido y alguien con alma la hubiera llevado a la incubadora. Le hubiera dado la oportunidad de vivir. María Hornedo para Rescatadores Juan Pablo II