Ellas dijeron que SÍ

El sábado 25 de septiembre se bautizaron 14 niños. Podrían haber sido muchos más, pero la pandemia sigue entre nosotros. Oficio la misa el obispo de Alcalá, D. Juan Antonio Reig Pla. En la hora y media que duró la ceremonia increíblemente el silencio permitió escuchar la preciosa homilía. El Obispo de Alcalá hablo de la vida, de la buena elección y del triunfo del bien sobre el mal.

Marta estaba en una de las filas de en medio de la iglesia. Su niña acaba de cumplir 10 meses. Es su tercer hijo. En su entorno no dudaron en aconsejarla abortar. Estábamos en plena pandemia. Se confundió de teléfono y nos llamó. Muchas horas de conversación y muchas dudas. Cuando pudimos vernos rompió a llorar. La culpa de haber pensado que su hija no viviera no la dejaba vivir en paz. La noche del bautizo no paró de escribir mensajes de lo feliz que estaba. Su hija había entrado por la Puerta Grande de la Casa de Dios.

Ana tiene muchos hijos. Cuando estaba de 5 meses de embarazo decidió no tenerlo, era su quinto hijo. Mujer difícil, con muchos problemas que no sabe afrontarlos. En el despacho de la asociación MásFuturo todo era NO. Ha tardado años en decidir bautizar a su hija. Con paciencia poco a poco Dios ha empezado a entrar en su vida. Ahora se la ve serena, sabe que siempre tendrá Al De Arriba aconsejándola. Ha aprendido a consultarle a Él antes de tomar una decisión. El día del bautizo fue la última que se fue..

Mariana estuvo todo el bautizo callada. Cualquiera que la conozca sabe que es casi imposible en ella. Unos rescatadores Juan Pablo II, cerca del abortorio El Bosque, hablaron con ella 10 minutos antes de que entrara a abortar a su hijo. Se dio media vuelta y volvió a su casa. Cuando su pareja se enteró que no había abortado se llevó todo y la abandono. Ella se encontró sola. Su hermana no quería saber nada de ella. No tenía trabajo. No tenía nada. Solo a nosotros. El embarazo fue muy complicado. El centro de salud no querían atenderla, solo si abortaba se lo cubría la seguridad social. Decidimos ponerla un Ángel de la Guarda, Ana. Porque ella necesitaba muchas manos tendidas. Y nació Pablo Santiago, su hijo. Le puso el nombre del rescatador que salvo a su hijo. Un día nos fuimos al santuario de Schoenstatt y allí había una primera comunión. No me dejo que nos fuéramos y aprendió a rezar. Cuando anochecía decidió que ella se quería bautizar y bautizaría a su hijo. Ahora tiene un trabajo a largo plazo, y su vida ha cambiado tanto que no para de contarselo a todo el mundo.

Marta Velarde, Rescatadores Juan Pablo II

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