Dos rescatadores están apoyados en el maletero abierto del coche a unos 40 m de un abortorio. Llueve y deciden esperar a que amaine.
Un hombre les pregunta desde lejos donde está el abortorio. Una rescatadora se acerca y lo señala. Como el hombre no se mueve la rescatadora le pregunta si está acompañando a una mujer.
Él dice que sí.
Y se ponen a hablar de ayudas a madres por si lo necesita. El hombre sigue sin moverse. A los rescatadores les extraña que no camine hacia el abortorio. Y le dan un folleto de ayuda a madres embarazadas. El hombre pregunta si puede hacer una foto al folleto, y hace más preguntas sobre las ayudas y en qué consisten. Nada hace pensar que no sea quien dice. Los rescatadores están acostumbrados a que la gente que entra y sale del abortorio les pregunten sobre ellas.
Al cabo de un tiempo el hombre saca su placa de policía.
Al identificarse como policía los rescatadores le preguntan por qué les ha mentido. Si están haciendo algo malo. Y él les dice que NO. Los Rescatadores no entienden esas formas de actuar. Los rescatadores saben de la persecución para favorecer a la patronal del aborto capaces de pagar a los mejores abogados, a los mejores intermediarios, lo que sea para seguir con su negocio.

Porque primero sacan la ley para perseguir a los rescatadores y después intentan justificar alguna denuncia QUE NUNCA LES HA LLEGADO.