Ayer día 27 de febrero se ordenó, en la Sagrada Familia de Barcelona, Federico. Un chico normal, que podría ser un transeúnte cualquiera de una ciudad donde la gente se cruza casi sin mirar. Pero los que conocemos a Fede sabemos que es grande. Ayer ofreció su vida ENTERA a Dios. Salí de la ceremonia pensando que El de Arriba nos había hecho una faena escogiéndole. Pero es que Dios elije a los mejores.
Conocí a Fede hace ya varios años. Una llamada al teléfono 24 h de Rescatadores Juan Pablo II. Había salido de un abortorio porque vio como salían las chicas de abortar y fue a ver qué pasaba. Una película, un par de días viendo como entraban y salían del abortorio las mujeres y decidió unirse a los Rescatadores juan Pablo II.
Al principio pensé, mejor no animarle mucho, porque estaba bastante afectado. Pero canalizó el horror que veía en ser eficaz. Con humildad, mucho carácter y la certeza de saber que salvar vidas es el gran voluntariado, empezó a hacer rescates. Uno tras otro. Porque Fede ya ha visto nacer a bebes que podrían haber muerto.
Como él dice: hacer rescates, estar ahí, me ha hecho ver mi vocación. Mi vida para Dios.
Marta VM, Rescatadora Juan Pablo II