Normalmente, uno asiste al bautizo de un ser querido. Un sobrino, un primo… Pero en la ceremonia a la que acudí yo este domingo por la tarde no conocía a nadie. Y, a pesar de eso, era una celebración muy especial para mí, porque en la parroquia de san Jose maría Escrivá, en Alcorcón, recibieron el bautismo 12 niños rescatados del aborto por la asociación Más Futuro.

Cuando llegué al aparcamiento de la parroquia se vivía un auténtico ambiente de fiesta. Marta Velarde, la presidenta de Más Futuro, iba de un lado para otro, organizando y recibiendo a las madres y las familias de las criaturas que iban a recibir el primer sacramento de iniciación cristiana. Se le veía nerviosa pero feliz. Poco antes que nosotros había llegado monseñor Ginés García Beltrán, el obispo de Getafe, que iba a presidir la celebración. Y es que desde la asociación siempre tratan de que sea un obispo el que bautice a estos niños que estuvieron a punto de no nacer.
Una motivación similar empujó a Kimberly al aborto. Eso y la presión de su pareja y de su compañera de piso. ¿Cómo iba a ser madre, por segunda vez, una joven de 19 años que vivía en una habitación de un piso compartido, sin trabajo…? Pero la muerte nunca es la solución a un problema, y estos rescatadores se lo hicieron ver a las dos. Fueron valientes y decidieron tirar para adelante con sus hijos. “Estoy muy feliz de no haber cometido el error que iba a cometer”, me asegura Kimberly sonriente, sin perder de vista a Dylan Manuel. “Ya tengo la parejita”, me decía entre risas.