Vicky Harper, de 24 años, descubrió que estaba embarazada de su tercer hijo. Preocupada y asustada, decidió que debía abortar a su bebé, en lugar de criar a un tercer hijo menor de cinco años. Las cosas no le iban bien económicamente. Su novio Kennan McIvor, de 19 años, le aseguró que él se ocuparía de ella y del bebé, pero Vicky estaba decidida a abortar.

Su bebé, a las 7 semanas de gestación, estaba programado para ser asesinado por un aborto de succión de D & C que vacía al bebé fuera del útero. A esta edad, los huesos del bebé siguen siendo muy débiles y el vacío arranca al niño en trozos.

Cuando volvió a casa ella seguía notando que estaba embarazada, se hizo 15 pruebas de embarazo. Todas positivas. Cuando se quiso dar cuenta ya estaba de 16 semanas. El abortista hizo mal su trabajo.  «No quise arriesgarme a un aborto quirúrgico ya que en caso de que no funcionara», dijo Vicky. Pero tampoco pude enfrentar la idea de dar a luz. Les pregunté si un segundo aborto quirúrgico podría matarme. Me dijeron que aunque el riesgo era muy bajo, podría. Estaba embarazada de un niño que nunca deseé ni planeé. Pero no tenía otra opción que tener a mi bebé.

Jack nació a principios de este mes completamente sano. Vicky dijo que no se arrepiente de rechazar el segundo aborto. «No lo cambiaría por el mundo», dijo. «Es especial y siempre sabrá cuánto es amado.» Harper dijo que cuando Jack sea mayor le dirá que intentó terminar su vida antes de que él naciera.

«¿Pero cómo una mamá encuentra las palabras para decirle a su hijo que ella nunca lo quiso? Todo lo que puedo decirle es que es un superviviente y que lo amo más de lo que jamás creí posible «, explicó. LifeSiteNews