La historia de superación de Noah, que ahora tiene 6 años, parece de ciencia ficción. Ya durante su gestación, en las primeras ecografías, los médicos detectaron una grave anomalía en el cerebro. Cuando nació, en Abbeytown (Reino Unido) en 2012, solo tenía un 2 por ciento de función cerebral, por lo que únicamente le daban unos días de vida, pero este pequeño gran luchador ha desafiado a la Ciencia y en solo tres años ya había logrado desarrollar un 80 por ciento de esa función cerebral. El suyo es un caso de supervivencia que experimenta cada día junto con la ayuda incondicional de sus padres,
Shelly y Rob, que ya sufrieron una presión extrema durante el embarazo. Algunos médicos les recomendaron ABORTARLO, asegurando que el niño nacería con discapacidades muy graves. Ellos, por suerte, tuvieron claro en todo momento que querían dar a su hijo la oportunidad de vivir y… ¡vaya si lo ha hecho!
En el instante de su nacimiento, dio un «grito asombroso» y entonces «supimos que allí había poder», ha comentado Rob en el programa ‘Good morning, Britain’, de la televisión británica ITV. A sus 6 años, Noah puede comunicarse y sabe leer y escribir desde hace un año. Su último reto es aprender a practicar surf y a esquiar ya lo está consiguiendo. Para ello, está recibiendo el apoyo de una clínica de Australia a la que sus padres le han llevado y gracias a la cual sigue mostrando grandes avances. «Es increíble la capacidad del cerebro para curar y corregir el sistema nervioso del cuerpo», ha explicado su madre. Shelly lo dice porque, además de la casi inexistente función cerebral con la que nació, Noah vino al mundo con otros problemas relacionados: tenía hidrocefalia y espina bífida. Con todas las dificultades a las que se han enfrentado desde el primer momento, la orgullosa mamá envía de vez en cuando los asombrosos progresos de su hijo a los médicos que lo trataron los primeros meses de vida. No se pueden creer todo lo que el pequeño ha logrado en tan poco tiempo. Tuotrodiario
Pues no se le nota nada. Debe ser un caso muy raro. Yo desde luego, ante un diagnóstico tan funesto, no me lo hubiera pensando dos veces y hubiera abortado, pero cada uno es cada uno.
En cuanto a la hidrocefalia, mi actual (y espero que hasta los restos) pareja nació con ello, le operaron, le pusieron válvulas y cables (no le gusta hablar de ello, le acompleja) y tiene un grado de discapacidad, pero lleva una vida normal. Incluso estuvo casado y todo, aunque no tuvo hijos. Tiene sus cosillas, pero os aseguro que no tiene un pelo de tonto; en realidad, a mí, que no tengo discapacidad de ningún tipo, me toman el pelo mil veces más que a él. Depende del caso también. Habrá de todo como en botica.
Aparte de esto, mi madre nació con una malformación conocida como labio leporino. Gracias a su fuerte personalidad, sociabilidad y un padre muy amoroso que le ayudó a construir una firme autoestima, llegó a tener muchos pretendientes.
Mi padre, sin embargo, con todo lo guapo que era (que lo era mucho, tenía un aire a James Dean de joven, rubito, de ojos azules, una monada que llamaba la atención hasta de homosexuales y transexuales), no se sabe si fruto de carencias afectivas, palos, herencia genética o un poco de todo, sufría una tendencia depresiva que le hacía tener estallidos de ira (creo que sufría TEI, trastorno de ira incontrolable) y que acabó con él.