«La violación fue horrible, todavía hoy tengo momentos de inmenso dolor recordando aquella pesadilla. Pero mi hijo no es culpable de nada, su vida es preciosa y ha supuesto mi sanación. Yo no sería la misma persona si mi pequeño faltara en mi vida. ¿Alguien puede decirme que la vida de mi hijo vale menos que la de cualquier niño concebido con amor? La vida de las personas merece nuestro total respeto y protección».
Paula K. Peyton, madre tras una violación. Salvar El 1
Escuela de Rescatadores 