El Reino Unido informó que está reduciendo alrededor del 85% de su presupuesto de ayuda en el exterior para programas de “salud sexual y reproductiva” de agencias de las Naciones Unidas (ONU) y de otros proveedores de servicios de aborto internacionales.
El canciller Rishi Sunak anuncio que se reduciría el compromiso de gasto de ayuda exterior del Reino Unido del 0.7% al 0.5% del ingreso nacional, como resultado de las presiones financieras de la pandemia de COVID-19.
El 28 de abril, la directora del UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas ), Natalia Kanem, calificó los recortes de “devastadores”, y afirmó que los fondos “habrían ayudado a prevenir alrededor de 250.000 muertes maternas e infantiles, 14.6 millones de embarazos no deseados y 4.3 millones de abortos inseguros”.
Álvaro Bermejo, médico por la Universidad Complutense de Madrid y director general IPPF (International Planned Parenthood Federation), dijo A The Guardian que los recortes tendrían “impactos brutales” y que los grupos de aborto podrían perder más de 100 millones de dólares en fondos provenientes del Reino Unido. “Ya tenemos que cerrar en la mitad de los países donde estamos operando y mantener los restantes operando al 30% de lo que estaban”, dijo.